Mientras el resplandor del mediodía
Torna más oscuros a los hombres en sus fosas
Las semillas del sol
Hallado en los bolsillos de mi vieja camisa
Hacen germinar todas mis horas
Despójenme de cuanto tengo
Un pájaro volando vale más que cien en la mano
Con mi alfabeto dispongo de lo que necesito
Abejas bosques cardos arroyuelos
Y un vaso de vino canta
La canción de la sola golondrina
Que hace para mí el verano
La canción de todos los blancos ramos
De un porvenir que aún guarda silencio
* Poema perteneciente a la primera parte de MUERTES Y MARAVILLAS (de un total de ocho), publicado en 1971, sección que fue llamada "I. A los habitantes del País de Nunca Jamás".
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