Los caballos se detienen.
Los belfos de los caballos desordenan el agua
y mezclan el rostro de las hojas.
Hemos llegado cerca de un pueblo.
La niebla rodea casas que apenas existen.
Viajemos, antes que las aves
den comienzo al verano,
cuando vuelvan al estero
en busca de su olvidada imagen.
Vamos hacia un lugar que no conozco,
pero cuyo reflejo me permite vivir.
El camino se pierde en la niebla.
Vamos, lento trote de caballos,
el agua aún no se escurre de vuestros belfos.
Viajemos, antes que las aves
den comienzo al verano,
cuando en el estero encuentren
su antigua imagen olvidada.
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