Simplemente
no me acostumbro a ver llegar la tarde,
el vuelo de los tordos, el ruido del canal,
las lágrimas malévolas de los floripondios,
y el dormitar envidiable de los gatos
sin compartirlo con tus ojos azules.
no me acostumbro a ver llegar la tarde,
el vuelo de los tordos, el ruido del canal,
las lágrimas malévolas de los floripondios,
y el dormitar envidiable de los gatos
sin compartirlo con tus ojos azules.
Jorge
(P.D.: El telegrama lo envío por mano
porque tiene más de once palabras
y no sé escribirte menos que ellas
y por ahora no tengo dinero para escribirte más).
porque tiene más de once palabras
y no sé escribirte menos que ellas
y por ahora no tengo dinero para escribirte más).
de EN EL MUDO CORAZÓN DEL BOSQUE, 1997.
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